domingo, 11 de octubre de 2009

Karen Horney


Karen Horney ofreció una perspectiva bastante distinta de entender la neurosis, considerándola como algo bastante más continúo en la vida normal que los teóricos previos, entendiéndola como una forma de “control interpersonal y adaptación”.


En su experiencia clínica, distinguió 10 patrones particulares de necesidades neuróticas, los cuales están basados sobre aquellas cosas que todos necesitamos, pero que se han vuelto distorsionadas de diversas formas por las dificultades de las vidas de algunas personas.
La necesidad neurótica se entiende como bastante intensa y provocará un gran monto de ansiedad si no se satisface la demanda del individuo, o incluso si se percibe que no será satisfecha en un futuro. Es esto, por tanto, lo que le lleva a tener esa naturaleza irreal. El neurótico ha hecho de la necesidad lo central de su existencia.


Las necesidades neuróticas son las siguientes:
-Necesidad neurótica de afecto y aprobación: Necesidad indiscriminada de complacer a los demás y ser querido por ellos. Esto quiere decir, buscar el afecto en todos los seres que conocemos, en todo momento, sin importar cualquier otra cosa.
- Necesidad neurótica de pareja: Esta necesidad incluye la idea de que el amor resolverá todos nuestros problemas. Una vez más, a todos nos gustaría tener un compañero con quien compartir nuestra vida, pero el neurótico va uno o dos pasos más allá.
- El neurótico necesita restringir la vida de uno a límites muy estrechos, a no ser demandantes, a satisfacernos con muy poco. Incluso esta postura tiene su contrapartida normal.
- Necesidad neurótica de poder, de control sobre los demás, de omnipotencia. Es un dominio de su propia gesta, usualmente acompañado de un rechazo por la debilidad y una fuerte creencia en los propios poderes racionales.
- Necesidad neurótica de explotar a los demás y sacar lo mejor de éstos. En la persona común podríamos entender esto como la necesidad de tener un efecto, de provocar impacto, de ser escuchado. En el neurótico, se convierte en una manipulación y la creencia de que los demás están ahí para ser utilizados. Puede comprender también una idea de miedo a ser manipulado por los demás, de parecer estúpido.
- Necesidad neurótica de reconocimiento o prestigio social. Somos criaturas sociales, así como sexuales, y nos gusta ser apreciados por los demás. Pero estas personas están sobrepreocupadas por las apariencias y la popularidad. Temen ser ignoradas, simples, poco “guay” y “fuera de lugar”.
- Necesidad de admiración personal. Su miedo se centra en no ser nadie, falto de importancia y sin sentido en sus acciones.
- Necesidad neurótica de logro personal. Deben ser los número uno en todo y dado que esto es, desde luego, una tarea muy difícil, vemos a estas personas constantemente devaluando aquello en lo que no pueden ser los primeros.
- Necesidad neurótica de autosuficiencia e independencia. Tienden a rechazar la ayuda y muchas veces son reticentes a comprometerse en una relación afectiva.
- Necesidad de perfección e inexpugnabilidad. Muchas veces para ser cada vez mejores en nuestra vida, tenemos un impulso que puede de hecho ser de consideración neurótica, pero algunas personas pretenden constantemente ser perfectas y temen fallar. No resisten que se les encuentre en un error y necesitan, por tanto, controlar todo el tiempo.


A medida que Horney fue revisando sus conceptos, empezó a darse cuenta que sus tipos de necesidades neuróticas podían agruparse en tres amplias estrategias de adaptación:

-Complianza (cumplimiento), que incluye las necesidades 1, 2 y 3.
-Agresión, incluyendo las necesidades desde la 4 hasta la 8.
-Alejamiento, incluyendo las necesidades 9, 10 y 3. Esta última fue añadida porque es crucial para lograr la ilusión de independencia y perfección total.


Se refirio a la complianza como la estrategia de moverse hacia y la llamada auto-retirada.
En cuanto a la agresion también fue llamado como moverse en contra de o como la solución expansiva.
Y finalmente, además de alejamiento, la tercera necesidad fue llamada también como alejarse de o la solución de resignación

~ Desarrollo ~
Horney explica, mediante la llamada indiferencia paterna o como ella le llamaba “la maldad básica” (falta de calidez y afecto durante la infancia) que no necesariamente es necesario haber sufrido de abuso o rechazo durante la infancia, puesto que esas experiencias pueden ser superadas siempre y cuando el niño se sienta aceptado y querido por algunos o el resto de los miembros de su circulo social.
La clave para entender la indiferencia parental es que constituye una forma de percepción del niño y no de las intenciones de los padres.
Horney observó que los niños responden no con pasividad y debilidad ante la indiferencia parental, tal y como nosotros creemos, sino que lo hacen con rabia, respuesta que la autora describe como la hostilidad básica. El hecho de frustrarse conlleva a una respuesta primera de un esfuerzo por protestar por la injusticia.

Sin embargo, la mayoría de los niños se hallan sobresaturados de ansiedad básica, lo que se traduce casi siempre en un miedo al abandono y a sentirse desamparados. Por otro lado, algunos niños descubren que ni la agresión ni la complianza eliminan la indiferencia parental percibida, por lo que solucionan el problema abandonando la lucha familiar y metiéndose en sí mismos, volviéndose preocupados por ellos prioritariamente.

~ Teoría del self ~
Horney tenía una manera más de ver a las neurosis: en términos de imagen del self ( de sí mismo). Para Horney el self es el centro del ser; su potencial. Si uno ha sido sano, entonces habría desarrollado un concepto preciso de quién soy y por consiguiente podré sentirme libre de impulsar ese potencial (auto-realización).
El neurótico tiene una visión diferente de las cosas. El self neurótico está “escindido” en un self ideal y un self despreciado. Por tanto, el neurótico se balancea entre odiarse a sí mismo y pretender ser perfecto.
Horney llamó a esta relación estrecha entre los yo ideales y despreciados como “la tiranía de los posibles” y de los neuróticos la “lucha por la gloria”.


- La persona sumisa cree que “debería ser dulce, auto-sacrificado y santo”.

- La persona agresiva dice “debería ser fuerte, reconocido y un ganador”.

- La persona introvertida cree que “debería ser independiente, reservado y perfecto”.
Y

mientras está vacilando entre estos dos self imposibles, el neurótico se ve alienado de su propio yo y retraído de llevar a cabo sus potenciales verdaderos.


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4 comentarios:

  1. creo que le cambian de color y fondo pero siempre dicen lo mismo. dame tu punto de vista

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  2. opino lo mismo, si vas a comentar sobre un tema(o ponerlo en tu blog) al menos lee el libro y da un punto de vista propio ,no copies y pegues. sino mejor no hagas nada , esto es igual que buscarlo en wikipedia.

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  3. opino lo mismo y sugiero q abordes todos los puntos que el teorico menciona no msolo uno x wjwmplo karen horney no solo hablo de la psicologia humanista, tambien hablo de la profunda y aqui no aparecde nada de esa teoria

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  4. Buenas, soy Rafael Gautier, autor de Teorías de la Personalidad. Le rogaría que al menos insertara una línea donde claramente diga quye el texto que usted utiliza aquí es una copia exacta de mi material sujeto a leyes de Copyright.
    http://www.teoriasdelapersonalidad.com
    Rafael Gautier

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